Muchas veces pretendemos que el niño/a aprende de repente a hablar con todo el repertorio fonético que tenemos adquirido el adulto. A veces, nos atrevemos, a comparar la adquisición con un compañero o un familiar.
Cada niño/a tiene un ritmo de aprendizaje individual y único.
Esto no quiere decir que pongamos un velo, y dejemos que ocurra, sin más, ya que hay veces que ese retraso de adquisición esta vinculado a un problema mayor.
Hay que tener claro esto, para hacer una estimulación acorde a la edad.
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